El acusado de abusar sexualmente de una amiga que dormía en su casa ha admitido su culpabilidad y ha reconocido los hechos durante el juicio en su contra. En acuerdo con su abogada y el fiscal, ha aceptado una pena de dos años de prisión por el delito de abuso sexual con acceso carnal.
El representante del ministerio público había solicitado inicialmente cinco años de cárcel, pero finalmente redujo la pena al considerar la atenuante de reparación del daño y muy cualificada. Esto se debe a que el acusado ha pagado una indemnización de 6,000 euros a la víctima en concepto de responsabilidad civil, como compensación por el daño moral causado por estos hechos ocurridos en septiembre de 2021.
Además de la pena de prisión, se establecen una serie de medidas para proteger a la víctima. Durante cinco años, el acusado no podrá acercarse a menos de 300 metros de la mujer, a su domicilio o lugar de trabajo, ni comunicarse con ella por ningún medio. Además, durante ese mismo periodo se le aplicará la medida de libertad vigilada. También se le prohíbe ejercer cualquier profesión que implique contacto con menores durante diez años.
El presidente de la Sala ha dictado sentencia acorde a la conformidad alcanzada en el juicio y ha declarado la firmeza de la misma, ya que las partes se han comprometido a no interponer recurso alguno.
En la fase de ejecución de la sentencia, se suspenderá la condena de cárcel por un período de cinco años, siempre y cuando el acusado no cometa ningún delito para evitar el ingreso en prisión. En su lugar, se realizarán trabajos en beneficio de la comunidad como parte de la pena.
En el juicio, que se desarrolló por conformidad, el acusado estuvo de acuerdo con todo lo anterior y no fue necesario que declarara ni se practicaran pruebas testificales o periciales programadas.
Según el escrito del fiscal, el hombre aprovechó que su amiga se encontraba en una de las habitaciones de su casa para entrar en la cama en la que ella dormía. Estos hechos ocurrieron alrededor de las siete de la mañana, después de que ambos salieran esa noche con otros amigos. Sin previo aviso ni consentimiento, el acusado introdujo sus dedos en la vagina de la víctima, metiendo la mano por debajo de la ropa y entre sus nalgas.
La mujer se despertó y confrontó al acusado por su comportamiento, iniciando una discusión en la que le advirtió que lo que había hecho era muy grave. Después de presenciar al acusado masturbarse, ella abandonó la casa. Como consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió daño moral y sentimientos de humillación y desasosiego.
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