La presidenta del Gobierno de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, representante del Partido Popular, ha expresado su profunda decepción tras la reciente 27 Conferencia de Presidentes, llevada a cabo en Santander. En sus declaraciones, Buruaga subrayó la falta de acuerdos concretos durante el evento, una situación que, según ella, era predecible desde el principio.
La mandataria atribuye esta falta de progreso a lo que considera la incapacidad del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para actuar libremente debido a su dependencia de los partidos que le sostienen, especialmente en temas de vital importancia como la financiación autonómica, las políticas de vivienda y la inmigración, todos ellos asuntos reflejados en la agenda del encuentro.
“No ha habido acuerdos porque el Gobierno de España no ha dado la más mínima oportunidad”, declaró Buruaga durante una rueda de prensa posterior a la conferencia, celebrada en el Palacio de La Magdalena. Su tono evidenció la frustración ante la falta de compromiso del Ejecutivo central en la búsqueda de consensos.
Reflexionando sobre el encuentro, Buruaga admitió que, a pesar de su escepticismo, albergaba un atisbo de esperanza en que la reunión pudiera resultar provechosa. Sin embargo, se mostró autocrítica al reconocer que tal vez había sido “ingenua” al pensar que las cosas podrían ser diferentes, debido a su inexperiencia en este tipo de foros.
La presidenta de Cantabria también denunció que esta conferencia se había convocado de manera “forzada” por las comunidades gobernadas por el PP tras casi tres años sin celebrarse—la última tuvo lugar en marzo de 2022 en La Palma—y lamentó que en este tiempo no se haya producido un intercambio significativo de propuestas o documentos que facilitaran el diálogo.
Aunque reconoció que se había mantenido un diálogo “franco” y “sincero”, Buruaga remarcó que este diálogo no se tradujo en resultados concretos. “Me gustaría poder decir algo diferente, pero lo que ha sucedido no es sino una continuación de lo que muchos ya anticipaban”, sentenció.
La jefa del Ejecutivo cántabro criticó además que Sánchez acuda a este tipo de reuniones con “hipotecas” derivadas de los votos que necesita para mantenerse en el poder, lo que, según su óptica, limita su capacidad de negociación y de alcanzar acuerdos que beneficien a todas las regiones.
Buruaga acusó al presidente socialista de mostrar desinterés por aquellos organismos que no puede controlar o instrumentalizar, señalando que su comportamiento en estos encuentros es de perfil bajo y carente de visibilidad. Desde su perspectiva, no se ha percibido un intento serio por parte del Gobierno de salir de esta conferencia con acuerdos significativos.
En cuanto a las políticas de vivienda, Buruaga evidenció que no se abordaron detalles concretos, más allá de la necesidad de realizar reformas en la Ley del Suelo, un punto en el que, según ella, existe consenso general. Asimismo, en las discusiones sobre financiación autonómica, criticó que no se mencionara explícitamente el cupo catalán, a pesar de que se hablaba de “singularidad” y “bilateralidad”.
Ante esta situación, la presidenta de Cantabria enfatizó la necesidad de proteger el régimen común de financiación, instando al Gobierno a frenar lo que considera una tendencia hacia el cupo separatista, que podría conducir a la independencia y a la soberanía fiscal de Cataluña.
Buruaga argumentó que un enfoque firme en este asunto podría haber sido un buen punto de partida para llegar a acuerdos durante la Conferencia de Presidentes, sugiriendo que la discusión debería centrarse prioritariamente en la urgente reforma del sistema de financiación autonómica y no en temas como la condonación de deudas.
A pesar de los obstáculos, la presidenta se comprometió a seguir luchando para que el Gobierno trate a Cantabria de acuerdo a lo que merece, asegurando que su región, aunque pequeña, no escatimará esfuerzos en defender sus intereses y en dar la batalla por el reconocimiento y el respeto que le corresponden dentro del panorama nacional.
“No dejaremos que Cantabria sea vista como una región de segunda”, enfatizó. Buruaga también defendió que la línea presentada por las comunidades autónomas gobernadas por el PP, que representan a una significativa parte de la población, consiste en “acuerdos de mínimos” fundamentados en el rigor y el sentido común, abordando problemas cruciales que afectan a todos los españoles independientemente de su origen político.
Históricamente, Buruaga concluyó que muchos de estos temas son cuestiones de Estado, que requieren un planteamiento serio y soluciones efectivas, alejadas de la ideología y de la demagogia, destacando la importancia de priorizar el bienestar colectivo por encima de los intereses de unos pocos.
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