Crónica Cantabria.

Crónica Cantabria.

Cantabria destaca como la segunda comunidad con menor fracaso escolar, según Dide.

Cantabria destaca como la segunda comunidad con menor fracaso escolar, según Dide.

En un informe reciente elaborado por dide.org, se ha puesto de relieve que Cantabria se posiciona como una de las comunidades autónomas más destacadas en cuanto a la reducción de las tasas de fracaso escolar. Este análisis sitúa a la región como la segunda con menor índice de abandono educativo en España, logrando cifras que pueden considerarse un ejemplo a seguir por otras comunidades.

De acuerdo con los datos presentados, solo el 8,9% de los estudiantes de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en Cantabria no consiguieron obtener el título correspondiente, lo que coloca a esta comunidad en la segunda posición por debajo únicamente del País Vasco, que registra un 8,8%. Estas cifras contrastan de manera significativa con la media nacional, situada en un alarmante 14,1% de fracaso escolar.

Además, el informe destaca que el porcentaje de abandono educativo temprano en Cantabria se encuentra en un 7,3%, lo que también sitúa a la comunidad en el tercer lugar con mejor desempeño, solo superada por Navarra y el País Vasco. Esta situación es un indicativo de que, a pesar de los desafíos que enfrenta el sistema educativo español, Cantabria está logrando resultados que superan la media nacional, que se sitúa en un preocupante 13,9%.

El informe también hace referencia a la tasa de alumnos de 15 años que no están en el curso correspondiente por su edad, conocida como idoneidad inversa. En Cantabria, esta cifra se sitúa en un 22,8%, lo que representa la quinta tasa más baja del país, superando la media nacional de 24,6%. Igualmente, los alumnos de 12 años en la misma situación alcanzan un 10,5%, situándose nuevamente entre las cifras más bajas, solamente por detrás de Cataluña y Asturias.

En una crítica a la situación del fracaso escolar en su conjunto, se estima que este problema socio-educativo ha generado un sobrecoste económico de cerca de 4.960 millones de euros en el curso escolar 2023-2024. Este engloba diversas áreas, como los costes ocasionados por repetición de curso y el no aprovechamiento de recursos en niveles como la ESO y el Bachillerato.

Elena Betés Novoa, CEO de dide.org, subraya la gravedad de estos datos económicos, haciendo hincapié en que no solo tienen implicaciones financieras, sino que también afectan aspectos sociales y familiares de gran relevancia. Con estadísticas que muestran que cientos de miles de alumnos repiten o abandonan el sistema educativo, se hace urgente la implementación de medidas eficaces para abordar esta problemática.

En este sentido, Betés Novoa argumenta que es posible reducir esas cifras a través de herramientas tecnológicas que permitan detectar dificultades de manera temprana. La correcta identificación de las necesidades educativas podría facilitar intervenciones adecuadas que mejoren tanto la eficacia del sistema educativo como el desarrollo social de los jóvenes, promoviendo una educación de calidad que aproveche su potencial al máximo.

El informe presenta una comparación de las tasas de idoneidad inversa entre diferentes comunidades, donde los extremos se encuentran entre el 11,3% de Cataluña y un alarmante 42,8% en Ceuta. Estas discrepancias evidencian la necesidad de una revisión profunda de las políticas educativas en las comunidades con peores resultados.

Acerca de las tasas de fracaso escolar, se indica que un 14,1% del alumnado en la ESO abandona sin graduarse. Las comunidades que manejan mejores indicadores incluyen a Cantabria, Navarra y País Vasco, mientras que comunidades como la Comunidad Valenciana y Andalucía se encuentran por encima de la media nacional.

Respecto al abandono temprano, el informe revela que este se sitúa en un preocupante 13,9% a nivel nacional, con Navarra destacándose como el ejemplo a seguir y Ceuta en el extremo opuesto. Esto pone de manifiesto las disparidades existentes en el sistema educativo español e invita a una reflexión sobre las estrategias adoptadas por cada región.

La investigación también revisa la evolución del abandono temprano desde 2005 hasta 2023, observando una tendencia decreciente en general, aunque con excepciones notables durante ciertos periodos críticos, como la crisis pandémica. Esto plantea interrogantes sobre cómo preparar mejor a los jóvenes ante situaciones adversas en el futuro.

Finalmente, el informe sugiere que, aplicando políticas efectivas de detección temprana y la implementación de intervenciones adecuadas, se podría reducir un 10% las tasas de abandono temprano, lo que se traduciría en una disminución significativa de los costes económicos y en el éxito educativo de miles de alumnos. Un enfoque que no solo beneficiaría al sistema educativo, sino a la sociedad en su conjunto.