Crónica Cantabria.

Crónica Cantabria.

Casi 11,000 cántabros se ausentan diariamente del trabajo por bajas, con un aumento del 7% proyectado para 2025.

Casi 11,000 cántabros se ausentan diariamente del trabajo por bajas, con un aumento del 7% proyectado para 2025.

Mutua Montañesa ha dado a conocer preocupantes estimaciones sobre el absentismo laboral en Cantabria, pronosticando que el año 2023 culminará con la alarmante cifra de 3,9 millones de jornadas laborales perdidas. Este fenómeno laboral supondrá un impacto económico considerable, que representa aproximadamente el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) de la región.

En un informe que detalla la situación actual, se revela que el absentismo sigue en ascenso en la comunidad autónoma. Se espera que para el cierre de 2024, el número de trabajadores que no puedan acudir a su puesto de trabajo por incapacidad temporal alcance los 10.833, resultando en un total de 3.964.718 jornadas no trabajadas durante este año. El coste económico para las empresas sería de 650,4 millones de euros, lo que representa un 5,08% del PIB de la región.

El director gerente de Mutua Montañesa, Alberto Martínez Lebeña, junto al presidente de CEOE-CEPYME Cantabria, Enrique Conde, han presentado los hallazgos del estudio en un evento que tuvo lugar el miércoles. Este informe incluye nuevos análisis sobre futuros escenarios hasta 2025, resaltando las proyecciones sobre el cierre de 2024 y el año próximo.

Durante la presentación, Conde expresó que las cifras son sumamente alarmantes, refiriéndose a la situación como “pánico” en el sector empresarial. Las conclusiones se dieron a conocer en el marco del VIII Encuentro del Observatorio del Absentismo Laboral, donde se discutieron los datos en mesas redondas que unieron a diversos actores sociales, incluyendo sindicatos y organismos como el Servicio Cántabro de Salud (SCS) y el Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo (ICASST).

El análisis realizado desde enero hasta agosto revela que un promedio de 10.809 trabajadores faltaron al trabajo por diferentes tipos de bajas, lo que resultó en pérdidas de 2,6 millones de jornadas laborales y un impacto económico superior a los 432 millones de euros.

La mayor parte de estas ausencias se deben a enfermedades comunes, siendo estos casos gestionados por el Servicio Cántabro de Salud. Es especialmente preocupante que, por cada jornada perdida a causa de un accidente laboral, se pierden hasta 6,57 días por enfermedad común, lo que evidencia la preocupante tendencia en la salud laboral de la región.

Al analizar las patologías que más han incrementado, se observa un aumento significativo en trastornos psicosociales, con un repunte del 14,34%, y en problemas musculoesqueléticos, que ha crecido un 5,75%. A su vez, los sectores más afectados por las bajas laborales incluyen la recolección y tratamiento de residuos, la industria alimentaria, la construcción, la metalurgia y el transporte.

La situación es aún más crítica al comparar los datos actuales con los de 2019, antes de la pandemia, donde tanto la incidencia como la prevalencia de las bajas han crecido un 70,4% y 56,4% respectivamente. Desde 2021, el absentismo ha mostrado un incremento constante de entre un 10% y un 20% anual.

Además, Cantabria se posiciona como la comunidad autónoma con la tasa más elevada de incapacidad por accidentes laborales, registrando un 5,62% frente al 3,90% de la media nacional. A pesar de la reducción del 4,79% respecto al año anterior, la incidencia ha disminuido en un 7% en comparación con 2023, quedando en un 3,03%, por encima de la media nacional que es de 2,85%.

En términos de duración, las bajas han caído en un promedio de cuatro días, situándose en 62,78 días, sin embargo, un 70% de estas ausencias se concentran en menos de un mes, lo cual no es un consuelo para los empresarios que ven afectada su productividad.

El presidente de CEOE-CEPYME subrayó que el aumento del absentismo laboral representa un problema “demoledor” para el futuro de los empresarios, al advertir que en menos de cinco años esta cifra se ha duplicado, con una tendencia que podría llevar a duplicarse nuevamente en otro periodo similar.

Conde también hicieron hincapié en que esta situación impacta no solo en la economía, sino que también afecta la salud de los trabajadores. Además, señaló que “el sistema no parece estar funcionando como debería”, citando la falta de atención que algunos empleados sufren mientras esperan diagnósticos por prolongados periodos de tiempo.

Por su parte, los representantes de UGT y CCOO han señalado que no deben abordarse las cuestiones relacionadas con el absentismo desde la perspectiva del costo para las empresas, añadiendo que detrás de cada estadística hay personas. Defendieron la necesidad de buscar soluciones efectivas para reducir el número de bajas, insistiendo en la importancia de la prevención en el trabajo y el cumplimiento de las normativas de seguridad.

Ambas partes coincidieron en la necesidad de formar una mesa de trabajo que incluya a todos los actores involucrados, incluyendo al Gobierno, cuyo papel fue echado de menos durante esta reunión. “Es crucial reunirnos para enfrentar este problema que pone en juego el futuro de nuestras empresas y economía”, afirmó Conde.

En apoyo a esta iniciativa, el líder de UGT planteó que es fundamental lograr un consenso entre todos los implicados, afirmando que la Mutua y la CEOE aún no han conseguido sentar las bases para este diálogo. Por su parte, la secretaria general de CCOO también llamó a la colaboración de todos los actores, subrayando que se debe cambiar la narrativa actual que estigmatiza a los trabajadores, enfocándose en identificar a quienes tienen la capacidad de resolver el problema, comenzando con el servicio público de salud.