El 4 de octubre, una multitud de personas de diversas edades se congregó en Santander para llevar a cabo una emotiva cadena humana en defensa del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. A pesar de las adversas condiciones climáticas, como la lluvia y el viento, los participantes, que según los organizadores superaron el millar, buscaron visibilizar su rechazo al conflicto en Gaza, al que calificaron de "genocidio".

La movilización fue convocada por Acción por Palestina, un colectivo que agrupa a múltiples organizaciones, y tenía como propósito no solo mostrar solidaridad con el pueblo palestino, sino también denunciar la devastación del sistema de salud en la Franja de Gaza, que ha sido gravemente afectado por los conflictos actuales, especialmente en los últimos dos años.

Los manifestantes exhibieron una variedad de pancartas que contenían mensajes contundentes como "Palestina no se vende" y "Paremos el genocidio en Gaza", junto con banderas palestinas que ondeaban en un gesto de apoyo. La cadena humana se inició cerca de la entrada del hospital, donde los asistentes, a pesar de la lluvia, se unieron en un abrazo simbólico que se extendió hasta cerrar la zona de Valdecilla Sur.

Durante la concentración, también se escucharon consignas poderosas, como "No es una guerra, es un genocidio", y "Boicot a Israel". Además, algunos vehículos que pasaban por la zona se unieron a la protesta tocando sus cláxones, mostrando su respaldo a la causa.

Al concluir el acto, se leyó un manifiesto en el que se hizo hincapié en que el sistema sanitario en Gaza ha sido atacado de manera sistemática. La declaración subrayó que el personal sanitario palestino opera bajo condiciones extremadamente difíciles, enfrentando constantes bombardeos y situaciones de violencia, lo que ha llevado a la muerte de numerosos trabajadores de la salud.

Desde enero de 2024, el Ministerio de Salud de Gaza reportó la pérdida de 326 miembros del personal médico, mientras que muchos hospitales y clínicas han tenido que cerrar sus puertas por los ataques y la falta de recursos. La situación se ha vuelto más crítica a medida que transcurre el tiempo, con la cifra de profesionales de la salud fallecidos que supera los 1,200 y una gran parte de las instalaciones hospitalarias que han sido destruidas.

Los participantes en la manifestación expresaron su preocupación sobre cómo el genocidio en Gaza afecta la ética y la práctica médica global. Se cuestionaron la motivación de los profesionales de la salud que trabajan en lugares más seguros, al tiempo que en Gaza la vida de las personas se ve marcada por la violencia y la precariedad.

Por este motivo, hicieron un llamado a la ciudadanía y a los profesionales de la salud para no permanecer en silencio ante lo que definieron como una masacre. Plantearon que es esencial fortalecer el apoyo a Palestina y abogar por su derecho a vivir en paz y libertad, buscando poner fin a la opresión y la ocupación.

Finalmente, exigieron a las autoridades de Cantabria y al Gobierno español que adopten una postura clara contra lo que consideran genocidio y apartheid, pidiendo el rompimiento de relaciones con Israel y la aceleración de la acogida de refugiados que necesiten atención médica. Con su declaración, los manifestantes reafirmaron su compromiso con el pueblo palestino y prometieron seguir luchando por su derecho a una existencia digna y libre.