
SANTANDER, 25 de mayo.- La Fiscalía ha presentado un caso alarmante que involucra a un hombre acusado de cometer graves abusos sexuales contra sus dos sobrinas, comenzando cuando estas apenas tenían siete años y extendiéndose hasta que alcanzaron la adolescencia, alrededor de los doce. Las denuncias fueron presentadas por las víctimas una vez que alcanzaron la mayoría de edad.
El documento de la Fiscalía detalla cómo el acusado se aprovechaba de las visitas regulares de una de las menores a su hogar durante los fines de semana junto a su esposa, quien a menudo estaba ausente o dormía. En esas circunstancias, el hombre se introducía en la habitación de la niña y realizaba tocamientos inapropiados que iban desde su cuerpo hasta sus partes íntimas.
La investigación revela que los abusos se perpetuaron durante años, desde que la niña tenía siete hasta que comenzó a menstruar. El individuo utilizó su relación familiar para mantener el silencio de la menor, asegurándole que se trataba de un secreto especial entre ellos.
Como consecuencia de estos terribles actos, la joven ha desarrollado síntomas significativos de ansiedad y estrés, padeciendo características de personalidad que la llevan a evitar las relaciones interpersonales. Su salud mental se ha visto comprometida, lo que ha llevado a múltiples visitas a servicios de urgencias debido a episodios de somatización.
La situación se tornó aún más complicada cuando, tras dejar de visitar al acusado, su hermana menor, que sólo tenía cinco años, comenzó a ir a casa de sus tíos y también fue víctima de abusos similares. En este caso, el acusado llegó aún más lejos al forzar a la pequeña a realizar actos de carácter sexual que incluían masturbación y felaciones, además de otros tocamientos inaceptables.
La Fiscalía ha calificado estos actos como dos delitos continuados de abuso sexual de menores con graduación de superioridad, demandando penas que suman hasta dieciocho años de prisión: seis por el primer caso y doce por el segundo, que además incluye acceso carnal.
Por otra parte, se solicita que el acusado sea alejado de las víctimas durante un tiempo prolongado, prohibiéndole cualquier tipo de comunicación durante veinte años, y diez años de libertad vigilada tras cumplir su sentencia. En lo que respecta a la responsabilidad civil, se exige que el hombre indemnice a las víctimas con cantidades que ascienden a 20.000 euros para la más mayor y 35.000 euros para la más pequeña, para compensar el daño emocional y las secuelas psicológicas sufridas.
Este lunes, 26 de mayo, la Sección Tercera de la Audiencia Provincial tiene programada la primera sesión del juicio, la cual iniciará a las 10:00 horas y se espera que continúe al día siguiente a la misma hora, tal como ha sido comunicado por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria.
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