La defensa del condenado por matar a su madre ha presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, solicitando la eliminación de la circunstancia de ensañamiento y la declaración de exención de responsabilidad por anomalía psíquica. La Sala de lo Penal del TSJC celebrará una vista el martes 16 de mayo para abordar el recurso de apelación.

El hombre, Rafael L., fue condenado por un delito de asesinato con ensañamiento y la Audiencia Provincial impuso una pena de 23 años de prisión. La defensa pide que se revoque la sentencia y sea condenado por un delito de asesinato sin que concurra la circunstancia de ensañamiento, y que se declare la exención de responsabilidad debido a la eximente plena de anomalía psíquica. Si no se acepta esta petición, la defensa solicita que se le considere autor de un delito de asesinato sin que concurra el ensañamiento y que se le reconozca la eximente incompleta de alteración psíquica, lo que implicaría una pena de siete años y medio de prisión. Finalmente, se pide que se le reconozca la circunstancia atenuante analógica de alteración mental, lo que implicaría una pena de 15 años de prisión.

La defensa argumenta en su recurso que no se dieron las condiciones para entender que existió ensañamiento y que no hubo una deliberación para producir más sufrimiento a la víctima. Además, la defensa se apoya en un informe psiquiátrico de parte para afirmar que existía una anomalía psíquica que debería eximir al condenado de la responsabilidad penal completamente.

Por su parte, la acusación particular, que ejerce el hermano del condenado e hijo de la víctima, ha presentado un escrito de oposición al recurso en el que solicita al tribunal que confirme la sentencia de la Audiencia Provincial. La acusación particular coincide con la concurrencia del ensañamiento en los hechos probados y afirma que el acto fue consciente y doloso. Además, señala que las forenses judiciales indicaron que el cuerpo tarda como mínimo tres minutos para perder la consciencia tras la agresión.

En relación al estado mental del condenado, la acusación particular considera que éste se encontraba en perfecto estado de claridad y actuó movido por el odio hacia su familia, sin encontrar amparo en un brote psicótico supuestamente superado en un plazo de dos horas.