Diez empresas relacionadas con el narcotráfico y vehículos de alta gama han sido desmanteladas por las autoridades. La Guardia Civil ha llevado a cabo la operación que ha llevado al arresto de nueve miembros de esta organización internacional dedicada al blanqueo de capitales provenientes del tráfico de drogas y vehículos de lujo. Las detenciones se han producido en Cantabria, concretamente en Astillero y Castro Urdiales, tras varios registros realizados por la Guardia Civil. Esta banda utilizaba un complejo entramado de al menos diez empresas, algunas ubicadas en Reino Unido y Bélgica, para dificultar la investigación de sus actividades ilícitas.
Esta estructura empresarial era utilizada para blanquear el dinero obtenido del narcotráfico, empleando testaferros, facturas falsas, transferencias de cantidades pequeñas para evitar la supervisión y otros métodos irregulares. La banda operaba en Vizcaya, Cantabria, Segovia y Madrid, y contaba con una coordinación clara de tareas. Mientras los miembros directivos se encargaban de supervisar la estructura empresarial para el blanqueo de capitales, los miembros inferiores distribuían la droga y se ocupaban del tráfico ilícito de vehículos en todas sus formas.
Las autoridades han llevado a cabo 12 registros en Vizcaya, Cantabria y Segovia, en los cuales se han encontrado una suma total de 13.700 euros, 37 teléfonos móviles, máquinas de envasado al vacío, plantaciones de cannabis, drogas, placas de matrícula robadas y dos armas cortas con munición. Además, se han incautado 14 coches de lujo modificados y sustraídos, así como el bloqueo de 30 cuentas bancarias. Algunos de los vehículos utilizados por la organización tenían compartimentos secretos para transportar drogas de manera encubierta.
A esta banda criminal se le imputan varios delitos, entre ellos, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, estafa, revelación de secretos, robo con fuerza, receptación, apropiación indebida, falsedad documental, defraudación de electricidad, delitos contra la seguridad social, tenencia ilícita de armas y organización criminal. Para dificultar su interceptación por parte de las fuerzas policiales, la organización utilizaba mensajería cifrada y cambiaba con frecuencia sus teléfonos móviles.
La operación ha sido llevada a cabo por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Vizcaya, en colaboración con el Equipo Territorial de Castro Urdiales, y ha contado con el apoyo de Europol.