Crónica Cantabria.

Crónica Cantabria.

El presidente del BCE señala que la política monetaria restrictiva es cosa del pasado y prevé una desinflación impredecible.

El presidente del BCE señala que la política monetaria restrictiva es cosa del pasado y prevé una desinflación impredecible.

La contratación de empleados se convierte en un obstáculo para el crecimiento económico, según el director general de Economía del Banco Central Europeo (BCE), Óscar Arce, quien advierte sobre un proceso de desinflación en curso con altibajos en los próximos trimestres.

Su análisis se desprende de la subida de los tipos de interés por parte del BCE, lo que llevó a una mayor exigencia por parte de los bancos al conceder préstamos y un rápido aumento de los costes de financiación en los últimos años. Sin embargo, Arce destaca que el endurecimiento de la política monetaria parece estancarse, con condiciones más favorables para los hogares.

En el marco de un curso en Santander, Arce señaló que el impacto contractivo de la política monetaria puede estar disminuyendo, lo que podría favorecer un menor crecimiento económico. Además, pronostica que la inflación en la zona euro alcanzará el objetivo del 2% para la segunda mitad de 2025, siempre y cuando no haya perturbaciones externas.

El aumento de los salarios, clave en la inflación, sigue una tendencia al alza en la zona euro, lo que, combinado con una baja inflación, debería impulsar la actividad económica. Los trabajadores, que buscan recuperar su poder adquisitivo, negocian incrementos salariales importantes que también inciden en la moderación de los beneficios empresariales.

El mercado laboral exhibe una sorprendente robustez, con una tasa de desempleo a la baja a pesar de la debilidad económica. Arce apunta a la dificultad para contratar talento como un factor limitante para el crecimiento económico en los próximos años, lo que también influye en los salarios en alza. Sin embargo, se espera una moderación salarial gradual en el futuro.

En términos de productividad, se prevé una ligera recuperación después de una caída generalizada en la zona euro. Mientras tanto, las perspectivas de inversión no son favorables a corto plazo, aunque se espera un repunte impulsado por los fondos europeos. La demanda extranjera también muestra signos de recuperación, aunque afectada por problemas de competitividad.