Los datos ponen de manifiesto que no hay dolencias esenciales en los tramos analizados
SANTANDER, 15 Feb.
El 'Proyecto Ríos', que lleva a cabo la Red Cambera en colaboración con el Gobierno de Cantabria, inspeccionó el año pasado, con la participación de prácticamente 700 voluntarios, un total de 73 tramos fluviales en la red social autónoma, en los que advirtió que los efectos del cambio climático se están apreciando ahora en los ríos, con una inclinación de incremento en la temperatura del agua y menos caudal.
De hecho, 2022 fue el año en el que mucho más bajo estuvo el caudal en otoño con ocasión de la sequía, con 2 riachuelos en los que no fluía el agua: La Canaluca, en Astillero, y Rogería, en Alfoz de Lloredo.
Por lo demás, la campaña de inspección, que se desarrolló entre mayo y octubre del año pasado, ha concluido que el agua de los ríos analizados fluye en todos y cada uno de los otros tramos con aguas con transparencia y sin fragancias, lo que expone la carencia de dolencias esenciales.
Estas son ciertas conclusiones del cómputo de 2022 del 'Proyecto Ríos' presentadas este miércoles, en rueda de prensa, por el asesor de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Guillermo Blanco, y la organizadora de la idea, Ana Gracia.
Según han explicado, los tramos inspeccionados por los voluntarios en 2022, a lo largo de la campaña de primavera y de otoño, han abarcado unos 40 km de ríos cantabrios. En los análisis de los tramos se ha atendido a cuestiones como la calidad biológica del agua, el estado de la ribera o la vegetación y fauna presente, por ejemplo cuestiones.
En la mayor parte de los tramos analizados en otoño el nivel de agua había bajado, específicamente en 48 de 56. En primavera, de 62 tramos 25 tenían menos caudal y otros 35 presentaban un nivel habitual, al paso que 2 lo tenían mucho más prominente.
También se ha visto que en entre los ríos la temperatura aumentó un nivel en relación a 2021 y, si bien "no tenemos la posibilidad de decir que la temperatura haya subido un nivel en todos y cada uno de los ríos", sí que se viene observando esa inclinación de incremento, han explicado.
En preciso, las temperaturas del agua registradas fluctúan desde el valor máximo de 22 grados detectados en primavera hasta los 9 grados anotados en un tramo a lo largo del otoño.
Respecto a la calidad de los bosques de ribera, el 37% y el 25% de los tramos muestreados en primavera y otoño, respectivamente, detallan un estado óptimo y bien preservado; y la calidad del agua es buena o buenísima en cerca del 50% de los tramos.
En cuanto a la biodiversidad, entre las especies protegidas o conminadas mucho más presentes están la garceta común y el martín pescador, y entre las invasoras el cangrejo americano y cangrejo señal, tal como, en la flora, el plumero, el plátano de sombra y la vara de San José.
Las dolencias mucho más halladas son los restos, siendo el plástico el mucho más dominante, en un 41%, seguido de colillas, gomas o materiales de construcción.
Con estos datos, el 29% y 18% de los tramos en primavera y otoño, respectivamente, detallan estado realmente bueno o bueno, lo que señala que no hay modificaciones humanas. Las zonas en estado deplorable solo suponen un 5% y un 7%.
Blanco ha reafirmado el deber de su departamento de continuar apoyando la tarea de las diferentes entidades ambientales que hay en la zona a fin de que "tengamos la posibilidad proseguir gozando de la biodiversidad y la excepcional calidad ambiental que hay en Cantabria".
Ha recordado que el Gobierno de Cantabria apoya y financia el Proyecto Ríos desde el año 2008 para impulsar la conservación del medio fluvial por medio de la educación ambiental con el propósito de arrimar a la población al ambiente natural a fin de que conozcan el estado de salud de los ríos cantabrios; alentar y impulsar el voluntariado ambiental; detallar una red ciudadana interesada en el estudio, protección y conservación de los ríos; realizar un informe de forma anual sobre los ecosistemas fluviales y adoptar responsabilidades en relación a los ecosistemas fluviales y el medio ambiente de la zona.
Por su parte, la organizadora del Proyecto Ríos explicó que su propósito es "arrimar a la gente a los ríos a fin de que den un paso mucho más y se fijen en datos que se usa para advertir la excelencia de sus aguas y ver de qué manera está su salud".
Gracia ha alertado de que los ríos pertenecen a los ecosistemas que mucho más está tolerando el encontronazo del cambio climático y que los datos que el Proyecto Ríos junta de año en año sirven con el apoyo de los voluntarios son de enorme valor para hacer cualquier actuación de restauración ambiental.
El Proyecto Ríos, que asimismo se lleva a cabo en múltiples territorios de España y Portugal conformando de esta manera la Red Ibérica del Proyecto Ríos, nació de una idea de la Asociación de Hábitats de Cataluña y llegó a Cantabria en 2008 a través de la Asociación Red Cambera.
Se trata de una idea con tres fines: la educación ambiental, el voluntariado y la información ambiental y sensibilización de los distintos ámbitos y colectivos sociales.
Cada año, con todos y cada uno de los datos conseguidos y mandados por los distintos conjuntos de voluntarios que muestrean distintos tramos de ríos en Cantabria se realiza un informe de forma anual, que es publicado entre las distintas gestiones públicas, distintos colectivos, personas voluntarias y ciudadanía por norma general.