En una reciente reunión celebrada en Santander el 7 de diciembre, la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación se reunió con representantes del sector conservero para presentar un estudio de la Universidad de Cantabria (UC) que examina la viabilidad de otorgar una Indicación Geográfica Protegida (IGP) a la anchoa. Este encuentro tiene como objetivo proporcionar información clave que podría beneficiar a la industria local y potenciar la calidad de este producto emblemático.
La consejera del Departamento, María Jesús Susinos, estuvo acompañada por el director general de Pesca y Alimentación, Paulino San Emeterio, y se comprometió a ofrecer todo el apoyo necesario para promover la IGP de la anchoa. Sin embargo, enfatizó que la decisión final debe recaer en los productores, quienes deben evaluar si desean avanzar en el proceso de acogerse a este prestigioso sello de calidad que podría realzar aún más el renombre de la anchoa cántabra.
En una declaración a la prensa, la consejera hizo hincapié en que, tras años de deliberaciones y diversas reuniones para discutir la conveniencia de la IGP, es el momento de que los involucrados tomen una decisión definitiva. “El Gobierno siempre estará dispuesto a respaldar iniciativas que favorezcan el crecimiento y el fortalecimiento del producto de nuestras empresas bajo la protección de la IGP”, afirmó Susinos, reflejando la voluntad del Ejecutivo por sostener y dignificar la producción local.
El estudio presentado por la Universidad de Cantabria se realizó con el propósito de evaluar las percepciones tanto de las empresas conserveras como de los consumidores en relación con el producto estrella de la región: la anchoa. Este análisis se centró en el reconocimiento y valor que diferentes orígenes de este alimento tienen entre los consumidores, así como en el potencial que ofrece la designación de IGP.
Conforme al estudio, se llevaron a cabo tres informes que incluyeron entrevistas y encuestas en profundidad, tanto a empresas del sector como a consumidores locales. Las conclusiones revelan que la mayoría de los consumidores identifican a Cantabria como la región productora de anchoas de la más alta calidad en España, destacando al Cantábrico como la opción preferida.
Además, entre las localidades mencionadas, Santoña se posiciona como la zona con las anchoas de mejor calidad. Los encuestados valoraron positivamente las anchoas de origen cántabro, poniendo en relieve aspectos como el sabor, la calidad y la rica tradición que las envuelven.
Por el contrario, un gran número de participantes admitió desconocer el concepto de IGP, aunque tras explicaciones sobre el significado y beneficios de este reconocimiento, el 55 por ciento expresó estar dispuestos a pagar un precio más alto por anchoas que contaran con tal certificación, con la mayoría de los encuestados considerando un aumento del precio de hasta un 15 por ciento razonable.
El estudio también concluyó que la IGP se valora de manera “relativamente” positiva en términos de su contribución al valor del producto. Asimismo, las encuestas en línea dirigidas a las empresas del sector revelaron percepciones sobre el desarrollo de la IGP que subrayaron la importancia del “fortalecimiento” en términos de sostenibilidad y pesca responsable como un valor agregado significativo.
Entre los puntos que se destacan en favor de la IGP, se citan la innovación tecnológica, la posibilidad de potenciar el turismo gastronómico, la colaboración con marcas afines para mejorar la presencia en mercados internacionales, la necesidad de educación y capacitación en el sector, así como el resguardo legal contra prácticas desleales. En este contexto, el 79 por ciento de las empresas encuestadas manifestaron su disposición a integrarse en la Indicación Geográfica Protegida, lo que supone un respaldo importante a esta iniciativa que busca elevar la calidad y prestigio de un producto como la anchoa en Cantabria.
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