En la semana 50 del presente año, la incidencia de casos de bronquiolitis ha alcanzado un preocupante aumento, duplicándose la cifra anterior. Además, los casos de gripe han registrado un asombroso incremento del 57%. Este panorama alarmante refleja las dificultades que enfrenta el sistema sanitario de Cantabria en esta temporada invernal.
SANTANDER, 20 de diciembre. La situación epidemiológica en Cantabria es crítica, con las infecciones respiratorias agudas (IRA) ascendiendo a una tasa de 677,7 casos por cada 100.000 habitantes durante la semana comprendida entre el 9 y el 15 de diciembre. Esta cifra, según el jefe del Servicio de Salud Pública, Luis Viloria, indica un incremento cercano al 8% respecto a la semana anterior, indicando una tendencia preocupante, sobre todo en lo que respecta a la bronquiolitis y la gripe.
Particularmente alarmante es el aumento de la circulación del Virus Respiratorio Sincitial (VRS), que ha experimentado un incremento notable del 18,6% en comparación con la semana anterior, sumando 102 nuevos casos, afectando principalmente a la población más vulnerable, es decir, a mayores de 80 años y a niños menores de 2 años.
En lo que concierne a la gripe, la tasa de incidencia ha alcanzado los 82,3 casos por cada 100.000 habitantes, lo que representa un aumento del 57% y supera el umbral epidémico establecido en 55 casos. Este hecho es indicativo del inicio de la onda epidémica estacional, aunque se califica con un nivel de intensidad que se considera bajo en comparación con años anteriores.
A pesar de este incremento en los casos de gripe, la incidencia no se distribuye de manera específica entre diferentes grupos de edad y, por el momento, no ha generado un impacto significativo en las hospitalizaciones. Por el contrario, los casos de COVID-19 se mantienen en niveles de baja intensidad, con solo 14 casos detectados durante la semana 50, la cifra más baja desde el comienzo de la temporada.
Por otra parte, la tasa de infecciones respiratorias agudas graves (IRAG) que han requerido hospitalización muestra un ligero aumento con 14,3 casos por cada 100.000 habitantes, sugiriendo la necesidad de mayor atención a este aspecto sanitario.
La situación ha llevado a la Dirección General de Salud Pública a hacer un llamado a la población para adoptar medidas preventivas y evitar la propagación de estas enfermedades respiratorias, especialmente en una época del año propicia para su acrudecimiento.
Se enfatiza la importancia de la vacunación preventiva contra la gripe, el COVID-19 y el VRS en grupos de riesgo, así como el mantenimiento de una buena higiene de manos, que incluye lavados frecuentes con agua y jabón, y el uso del codo para cubrirse al toser o estornudar, evitando en todo momento el contacto físico con otras personas si se presenta algún síntoma de enfermedad.
Asimismo, se sugiere el uso de mascarillas en aquellos pacientes que padezcan procesos respiratorios, con el fin de permitir la continuidad de sus actividades cotidianas de una manera segura. Es recomendable, además, fomentar el disfrute de espacios al aire libre y ventilar los espacios cerrados con frecuencia.
Entre otros consejos importantes se incluye el uso de pañuelos desechables, mantener una dieta equilibrada y una adecuada hidratación, así como la estricta prohibición del consumo de tabaco, perjudicial tanto para la salud personal como para la colectiva, ya que debilita el sistema inmunológico y aumenta la vulnerabilidad a infecciones como la gripe.
Tanto la gripe como los resfriados comunes son infecciones víricas que no responden a tratamientos antibióticos. En situaciones no graves, se recomienda restringir la asistencia a consultas médicas en hospitales o centros de salud, ya que esto implica un riesgo adicional de transmisión en entornos altamente vulnerables. Solo se debe acudir a los centros médicos en casos de síntomas que despierten alarma, como fiebre alta, tos persistente, dificultad para respirar o un claro malestar general.
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