Apuesta por explotar el éxito de la música o las series hispanas para publicar una lengua "de prestigio"
SANTANDER, 14 Jul.
El poeta Luis García Montero se ha refugiado en la imaginación como "asidero" tras la desaparición de su mujer, la autora Almudena Grandes, que le llevó a redactar un poemario que va a salir a la luz en los próximos meses y con el que intentó de buscar "sentido a su historia".
"Es bien difícil ocuparse a redactar poemas salvo que haya algo que te deje sin ningún sentido en la vida". "Mi vocación fué la poesía y a eso he echado mano en esos instantes", dijo el creador en una rueda de prensa que ha brindado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander, donde participará en las Veladas Poéticas.
Y es que a este instante bien difícil desde el criterio personal para García Montero se aúna el contexto de hoy marcado por la pandemia o la guerra en Ucrania, en el que el creador afirma tener un "sentimiento de impotencia de no poder arreglar varios de los inconvenientes que hay" y que le preocupan la mayor parte del tiempo en su tarea como directivo del Instituto Cervantes.
Por ello, admite que "uno tiene muchas ilusiones" en el momento en que ingresa a un cargo como el de el, pero en el final "lo que tienes en la cabeza no son ni proyectos culturales ni proyectos académicos, sino más bien exactamente en qué situación está la plantilla, de qué manera se puede progresar la dignidad de la plantilla, exactamente en qué situación se vive en Shangai o en Argel, de qué manera está afectando la pandemia en Brasil o de qué forma se vive el Brexit y la pérdida de derechos en Londres".
En las Veladas Poéticas de la UIMP, el poeta charlará del libro que termina de difundir, 'Prometeo', enseñando qué es lo que significa para él esta figura y "el sacrificio de haber entregado el fuego a los humanos si bien haya tantas cosas hoy en dia que nos desilusionen y que nos inviten a la renuncia o a decir que nada vale la pena".
Tras esta publicación va a venir "en los próximos meses" otra que va a recoger poemas que escribió durante la patología y la desaparición de su mujer para "aclararse a sí mismo". En ellos charla del amor, la vida y la desaparición, con matices de desilusión, promesa y un "sentimiento de naufragio en el momento en que lo que daba la sensación de que podría salir bien termina estrellándose en unas rocas".
Estaba sosprechado que hiciera el elogio del escritor rumano Mircea Catarescu, que iba a ser ungido el día de hoy doctor honoris causa de la UIMP, pero el acto se ha pospuesto al contagiarse de Covid. Aún de esta forma, se mantuvo la velada con Luis García Montero, algo que el creador ha festejado por el hecho de que almacena "varios recuerdos" de esta Universidad, donde viene participando desde el momento en que comenzó a difundir en los años 80.
Al margen de la poesía, García Montero hizo una defensa de la lengua de españa y apostó por emplear las corrientes recientes, como el éxito de la música, de las novelas televisivas o las series, para ponerla en valor.
Eso sí, utilizando para llevar a cabo del español "una lengua de prestigio" y velando a fin de que "no se caricaturice la imagen hispana", pues "en relación te desatiendes lo que hacen las series esto es que lo hispano es el narcotráfico".
"La música hispana en este momento en EEUU es nuestra enorme aliada", dijo tras rememorar que el Instituto Cervantes puso en marcha un centro en Los Ángeles, tras una época donde Donald Trump "creó la activa de abochornar a los hablantes de español" y trató de transformarla en "una lengua de pobres".
También ha mencionado ejemplos de países, como Japón, donde lo que mucho más atrae de todo el mundo hispano es la liga de fútbol. Algo que no le agrada como poeta, pero que "es la verdad" y piensa que hay que explotar ese interés para producir ideas culturales, como por servirnos de un ejemplo un diccionario de fútbol, para "ir llevando del fútbol a la civilización".
Como directivo del Instituto Cervantes ha señalado que le "atrae bastante proteger el español", pero sin intentar que sea una rivalidad con la lengua inglesa, y piensa que "para sostener el prestigio español no tenemos la posibilidad de contentarnos con ser la lengua de Cervantes, sino más bien una lengua con la capacidad de contestar a la ciencia y la tecnología". En este sentido, ve un "disparate" que a ciertos catedráticos se les valore mucho más un producto anunciado en inglés que en castellano.
Al hilo, puso en valor el español como idioma que respeta la variedad en los distintos territorios --ya que los españoles suponen solo el 8% de los hispanohablantes-- y la variedad de cara a los desafíos de la tecnología, ya que ha advertido de las oportunidad de "manipulaciones" usando la IA (inteligencia artificial) para producir centralismos o cortes usando las expresiones.
En este sentido asimismo ha defendido emplear el lenguaje para hacer vínculos entre países. De hecho, otro de los centros que puso en marcha el Instituto Cervantes es el de Dakar para impulsar la civilización hispana en África, con la intención de "que no todo se resuelva en una patera y a conocer si podemos encontrar elecciones en el diálogo".
Y a cuestiones de la prensa sobre la utilización de anglicismos, dijo que "no posee temor" a que pongan en riesgo el español, pero sí piensa que "la contestación es el los pies en el suelo": "Si poseemos expresiones en castellano para denominar algo, usemos el español. Lo que hay que eludir es el paletismo del que piensa que por usar expresiones inglesas es considerablemente más listo".
Además, piensa que ciertos términos que sean útiles "cuajarán y los vamos a hacer maternos", al tiempo que otros prescindibles "van a ocultar".
Y en lo que se refiere al lenguaje en los medios, piensa que es primordial realizar un óptimo empleo y tener correctores de estilo, pero le preocupa mucho más "proteger la dignidad de los cronistas enserio que si hay un adjetivo bien o mal usado", pues hoy en día, con el apogeo de medios que "procuran encontronazo, dan aclaraciones sin constatar y no necesitan las cosas", "hay bastante comunicador que está desprestigiando la esencia del periodismo como base primordial democrática".