Una mujer de origen Rumano, condenada a seis años de prisión por un delito de estafa continuada, ha sido requerida para ingresar en la cárcel pero no se presentó.
SANTANDER, 25 Ago.
La Audiencia Provincial de Cantabria emitió una orden internacional de detención para esta mujer, que trabajaba en un club de alterne de la región, luego de defraudar casi un millón de euros a un cliente con el que mantenía una supuesta "íntima amistad".
Según fuentes cercanas al caso consultadas por Europa Press, la condenada no se presentó al requerimiento de ingreso en prisión y se sospecha que estaría ejerciendo su trabajo en distintos países europeos. El perjudicado solicitó la orden de detención, la cual fue recientemente dictada por la Audiencia.
En la resolución emitida por la Sección Primera, se detalla que la mujer no fue ubicada en el lugar designado para notificaciones, por lo que se desconoce su paradero actual.
Por lo tanto, se ordenó sin éxito su búsqueda, detención y encarcelamiento para cumplir la condena. Ante esto, la acusación particular, representada por el abogado Mario García-Oliva, solicitó una orden europea de detención y entrega este año, la cual fue finalmente aprobada por la Audiencia tras recibir un informe favorable por parte de la Fiscalía.
La mujer fue enjuiciada en enero de 2021 en la Audiencia Provincial de Cantabria, donde se le impuso una pena de seis años de prisión por el delito de estafa continuada. Esta sentencia fue ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria y por el Tribunal Supremo posteriormente.
Además de la condena de prisión, se le impuso una multa de 4.320 euros y una indemnización de 922.000 euros, la cantidad defraudada a la víctima mediante la venta de propiedades y préstamos solicitados.
El perjudicado, un profesor jubilado, fue dejado sin patrimonio después de que la mujer le solicitara sumas de dinero bajo diferentes pretextos a lo largo de tres años, incluyendo supuestas enfermedades, operaciones, accidentes y situaciones familiares críticas.
En su defensa durante el juicio, la acusada argumentó que el dinero era para cubrir sus gastos y aseguró que el hombre estaba al tanto de la situación. Los jueces del Tribunal Supremo cuestionaron la elevada cantidad de dinero defraudada diariamente y anualmente, considerándola excesiva para los servicios supuestamente prestados.
La Audiencia tuvo en cuenta la cuantía defraudada, la situación en la que dejó al perjudicado y la manipulación ejercida por la mujer para establecer la condena. Se destacó que la acusada fingió una amistad íntima con el único propósito de obtener beneficio económico.
Según los hechos probados, la mujer se valió de la confianza del perjudicado para obtener grandes cantidades de dinero bajo pretexto de diversas circunstancias dramáticas y fingidas, como enfermedades graves y situaciones críticas familiares.
Después de recibir la citada cantidad, la mujer cortó todo contacto con el perjudicado y desapareció de su lugar de residencia habitual, dejándolo sin posibilidad de recuperar su dinero estafado hasta la fecha.
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