Repsol ha inaugurado en Santander su segunda terminal de suministro de gas natural licuado (GNL) para barcos, que supondrá una reducción de más de 12.000 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año para el buque 'Santoña' de Brittany Ferries. La nueva terminal de búnker de GNL, que entró en funcionamiento el pasado mes de abril, está ubicada en el Muelle de Maliaño del Puerto de Santander, cuenta con una capacidad de almacenamiento de 1.000 metros cúbicos y puede suministrar a cualquier tipo de embarcaciones que pueda llegar al Puerto.
El proyecto, que ha contado con una inversión de 16 millones de euros y ha sido cofinanciado por la Comisión Europea a través del programa 'CEF-Connecting Europe Facilities', representa una "primera piedra" en la hoja de ruta de Repsol en la transición energética y la descarbonización del sector marítimo y contribuye a conseguir el objetivo de cero emisiones en 2025, según el director general de Transformación Industrial y Economía Circular de Repsol, Juan Abascal.
El GNL es un combustible marítimo que reduce las emisiones de CO2 en un 20 por ciento y minimiza el dióxido de azufre, dióxido de nitrógeno y partículas hasta prácticamente cero. Los buques que utilizan GNL pueden consumir bioGNL sin necesidad de modificar sus motores. Además, la instalación permite la carga simultánea de pasajeros y combustible.
El producto llega al Puerto de Santander en cisternas que van llenando el tanque de GNL, que cuenta con inventarios para poder suministrar los barcos cuando atracan. Además, dispone de tres bombas criogénicas que se encuentran sumergidas. El proceso de suministro tarda unas cuatro horas.
Entre las medidas de seguridad, la planta cuenta con una antorcha encapsulada, que en caso de fuga las líneas derivan allí para poder gestionar la incidencia; y un sistema contra incendios para proteger el tanque. Asimismo, la planta está rodeada de un muro de hormigón para cumplir con las distancias de seguridad con otras instalaciones.