Crónica Cantabria.

Crónica Cantabria.

La Prehistoria de Cantabria

Introducción

La región de Cantabria, situada en el norte de España, tiene una historia rica y fascinante que se remonta a miles de años atrás. En este artículo, exploraremos la prehistoria de Cantabria, un período que abarca desde la llegada de los primeros humanos a la región hasta la incorporación de Cantabria al mundo romano. A través de evidencias arqueológicas y restos materiales, podemos reconstruir la vida de las poblaciones que habitaron esta tierra en tiempos remotos.

Los Primeros Pobladores

La presencia humana en Cantabria se remonta al Paleolítico Superior, hace aproximadamente 40,000 años. En esta época, los primeros habitantes de la región eran cazadores y recolectores nómadas que se desplazaban en busca de alimento y refugio. Las pinturas rupestres de Altamira, descubiertas en 1879, son un testimonio excepcional de la creatividad artística de estos primeros pobladores.

Con la llegada del Neolítico, alrededor del 5000 a.C., la población comenzó a practicar la agricultura y la ganadería, lo que permitió un asentamiento más permanente en la región. Los dólmenes y túmulos funerarios que se encuentran en diversos puntos de Cantabria son vestigios de esta etapa de la prehistoria.

La Edad del Bronce y la Cultura Megalítica

En la Edad del Bronce, que se extendió aproximadamente desde el 2200 a.C. hasta el 700 a.C., se desarrolló en Cantabria una intensa actividad minera, especialmente en la extracción de cobre y estaño. La metalurgia permitió la producción de objetos y herramientas de bronce, que contribuyeron al avance tecnológico de la región.

La cultura megalítica, caracterizada por la construcción de monumentos funerarios de grandes dimensiones, también tuvo presencia en Cantabria durante este período. Los túmulos y dólmenes repartidos por toda la región son testimonio de la importancia que se daba al culto de los muertos en la sociedad de la Edad del Bronce.

La Cultura Cántabra

La llegada de los pueblos celtas a la península ibérica en la Edad del Hierro tuvo un impacto significativo en Cantabria. Aunque la región mantuvo una cultura propia, influenciada por la tradición megalítica, las relaciones comerciales y culturales con los celtas contribuyeron al desarrollo de una sociedad más compleja y estratificada.

La cultura cántabra se caracterizaba por su organización en tribus y clanes, liderados por caudillos y sacerdotes. La ganadería y la minería seguían siendo actividades económicas importantes, pero también se desarrolló el comercio con otras regiones de la península y del Mediterráneo.

La Romanización de Cantabria

La conquista romana de la península ibérica en el siglo II a.C. significó un cambio drástico para Cantabria. Aunque los cántabros resistieron tenazmente la invasión romana, finalmente fueron sometidos y la región pasó a formar parte del Imperio Romano.

Los romanos introdujeron nuevas formas de organización política y social, así como avances tecnológicos y arquitectónicos. Las ciudades como Portus Victoriae (Santander) y Flaviobriga (Castro Urdiales) se convirtieron en importantes enclaves comerciales y culturales dentro del Imperio.

Epílogo

La prehistoria de Cantabria es un capítulo fascinante de la historia de esta región. A través de la arqueología y la investigación científica, podemos conocer un pasado remoto lleno de cultura, tradiciones y luchas por el territorio. La huella de los primeros pobladores, de los celtas y de los romanos sigue presente en Cantabria, recordándonos la importancia de preservar y estudiar nuestro patrimonio histórico.