La Guardia Civil ha comenzado una investigación en relación a un hombre de 57 años, acusado de maltrato animal por haber abandonado a cuatro perros en condiciones alarmantes en Val de San Vicente, Cantabria. Estos animales estaban atados a un árbol en un área boscosa y presentaban un estado de higiene insostenible, lo que ponía en peligro sus vidas.

El aviso sobre esta situación provino de la Policía Local, que alertó al Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil sobre la presencia de los perros atados con una cadena corta, sin acceso a comida o agua y rodeados de suciedad extrema.

Los agentes del SEPRONA al llegar al lugar confirmaron las precarias condiciones en las que se encontraban los perros, que además de estar desnutridos, padecían de una serie de problemas de salud, incluyendo la ausencia de un ojo en uno de ellos.

Tras la intervención de un veterinario del Gobierno de Cantabria, una organización protectora de animales asumió el cuidado de los perros, que fueron puestos a disposición de la justicia mientras se recuperaban de su estado crítico.

Los exámenes veterinarios revelaron que los perros no solo estaban en condiciones deplorables, sino que también padecían de una grave infestación de parásitos y lesiones en la piel que comprometían su salud. Por este motivo, el SEPRONA identificó al presunto dueño en San Vicente de la Barquera y, el 10 de agosto, se formalizaron las diligencias en su contra por delito de maltrato animal.

Además, las autoridades han llevado a cabo otra investigación relacionada con un perro en Los Corrales de Buelna. Se han abierto diligencias contra un hombre de 39 años que no proporcionó los cuidados veterinarios necesarios a su mascota. Se había recibido información de que el perro estaba constantemente atado y podría estar enfermo.

Al detectar que la Guardia Civil lo estaba buscando, el dueño llevó al perro al veterinario, donde se confirmó que el animal padecía problemas de salud severos acumulados a lo largo del tiempo, lo que llevó a la triste decisión de practicar la eutanasia.

La falta de un microchip y evidencia de atención médica inadecuada, junto con los serios problemas de salud del perro, llevaron al SEPRONA a iniciar igualmente diligencias en este caso, destacando así la importancia de la responsabilidad en el cuidado de los animales.