Crónica Cantabria.

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Casares insta a Buruaga a adoptar una visión más amplia y evitar discursos políticos reduccionistas.

Casares insta a Buruaga a adoptar una visión más amplia y evitar discursos políticos reduccionistas.

En el contexto político de Cantabria, el secretario general del PSOE local, Pedro Casares, ha ofrecido un fuerte respaldo a su comunidad tras asumir el cargo de delegado del Gobierno. Afirmó su compromiso de trabajar intensamente por el bienestar de la región y extender su mano al Gobierno regional dirigido por el PP. Sin embargo, espera que la presidenta María José Sáenz de Buruaga adopte una actitud más constructiva ante su nombramiento.

En declaraciones a Europa Press, Casares expresó su deseo de ver una actitud más positiva de la presidenta, en lugar de comentarios descalificativos que, según él, reflejan una falta de responsabilidad política. Su crítica surge después de que Buruaga insinuara que el PSOE podría utilizar la Delegación como plataforma para fines electorales, comparando a Casares con un antiguo rival del partido, lo que él calificó de testimonios de nerviosismo por parte del PP.

El nuevo delegado espera llevar a cabo un mandato caracterizado por el diálogo constante con el Gobierno regional. Sin embargo, no se ha callado ante las acusaciones del PP, recordando el historial de la presidenta como diputada y vicepresidenta en tiempos de recortes. Casares se burla de los argumentos del PP, que anteriormente decía que él no estaba presente en la comunidad y ahora insinúa que su presencia es política.

Tras ganar las primarias del PSOE y asumir su liderazgo, Casares será el tercer delegado en asumir este papel en esta legislatura, lo que evidencia la inestabilidad que ha enfrentado la institución desde el inicio del mandato actual. Se ha establecido que la elección del candidato a la Presidencia para las elecciones de 2027 se realizará mediante primarias, reafirmando su respeto por el proceso democrático del partido.

Uno de los mayores retos que Casares enfrenta es la crisis de vivienda en Cantabria. Ofreció a la presidenta la posibilidad de un pacto en esta materia, sugiriendo que se adhiera a un plan gubernamental que aumentaría drásticamente los fondos disponibles para abordar el problema. Casares afirmó que Cantabria podría recibir más apoyo financiero para este vital asunto, pero necesita colaboración del Gobierno regional.

A pesar de las tensiones iniciales tras su nombramiento, Casares subrayó su disposición a colaborar con todas las instituciones para fomentar un clima de unidad y evitar el enfrentamiento. Su principal objetivo es trabajar en beneficio de los ciudadanos, quienes, según él, se sienten cansados de las divisiones políticas.

El nuevo delegado también destacó la significativa inversión que el Gobierno central está realizando en Cantabria, mencionando proyectos por valor de 7.000 millones de euros. Según él, estos proyectos son solo el comienzo del compromiso del Estado con la comunidad, citando obras emblemáticas que están en marcha.

No obstante, la pronta crítica del Gobierno de Buruaga fue evidente, ya que rápidamente planteó requerimientos al Gobierno central que Casares consideró prematuros. El socialista hizo hincapié en la responsabilidad que debe tener el Gobierno regional para resolver sus propios retrasos antes de reclamar al Gobierno central.

Uno de los principales proyectos en discusión es la construcción del tercer carril en la A-67, cuya importancia ha resaltado Casares. Este proyecto es considerado uno de los más significativos en España este año. Casares pidió a sus homólogos en el PP que se replanteen sus exigencias, considerando que la magnitud del proyecto requiere un tiempo razonable para su ejecución.

Finalmente, Casares enfatizó que existe una "deuda histórica" que los gobiernos del PP tienen con Cantabria, señalando que su partido está en proceso de resolver las inversiones que las anteriores administraciones no lograron materializar. En este sentido, refutó las críticas del PP sobre los plazos de las obras de alta velocidad, afirmando que antes era cuestionable si se llevarían a cabo, y ahora el debate se centra en su puntualidad.