En un caso que ha levantado controversia en Santander, el Tribunal Supremo ha decidido reducir a 12 años y medio la condena del conductor que causó la muerte de un joven motociclista de 19 años durante un accidente ocurrido en febrero de 2023. Esta sentencia se produce después de un análisis profundo de las responsabilidades de los conductores implicados.
El fallo original había sido una condena de 13 años y más de ocho meses impuesta por el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, que calificó la acción del principal acusado, Bryan B.C., como homicidio doloso. Sin embargo, en una revisión posterior, el Supremo consideró que los hechos justificaban una pena menor, aunque mantuvo la prisión de tres años y medio para el segundo conductor, Adrián B.T.
La sentencia del alto tribunal, que ya es firme y no puede ser apelada, afirma que aunque ambos conductores realizaron maniobras peligrosas al volante, solo las acciones de Bryan fueron las que ocasionaron directamente el fatal accidente. En su resolución, el Supremo explica que el conductor principal actuó con un desprecio manifiesto por la vida, tanto la suya como la de los demás, lo que justifica el cargo de homicidio doloso.
Además de la pena de prisión, el Tribunal ha impuesto a Bryan la inhabilitación para conducir durante diez años y una indemnización de 348.500 euros a la familia de la víctima. En cuanto a Adrián, su sanción incluye una multa de 4.320 euros y la prohibición de conducir durante un periodo de ocho años, indicando que su papel en el incidente fue menor.
El siniestro ocurrió en medio de una carrera peligrosa entre ambos automovilistas, quienes se encontraban en una especie de "pique" a gran velocidad en el centro de Santander. La sentencia del Supremo sostiene que, aunque Adrián participó en esta conducción temeraria, no es responsable del homicidio. Los jueces resaltan que no se demostró que Adrián estuviera implicado en la pérdida de control del vehículo de Bryan.
La resolución también aclara que, a pesar de las alegaciones de contradicciones en los testimonios y la solicitud de un nuevo juicio presentada por Bryan, la naturaleza de los hechos y la culpabilidad fueron claramente establecidas. Los magistrados del Supremo dejan claro que aceptaron que hubo un aquiescencia tácita a la conducción peligrosa, pero la colisión mortal fue resultado de la imprudencia de Bryan al perder el control de su coche.
El Tribunal Supremo ha llevado a cabo un análisis exhaustivo de la tragedia, subrayando la gravedad del comportamiento de Bryan que llevó al trágico desenlace. A lo largo de su fallo, se ha enfatizado la responsabilidad del conductor principal en un contexto donde el desapego por la seguridad y el riesgo asumido está a la vista de todos.
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.