
En un evento marcado por la controversia, las banderas de Palestina se levantaron en Laredo durante el inicio de la duodécima etapa de La Vuelta ciclista. Esto se presentó como una nueva demostración contra la inclusión del equipo de Israel en la competición, en la cual los manifestantes han intentado mantener un tono pacífico, sin incidentes reportados, después de que la carrera se interrumpiera el día anterior antes de llegar a Bilbao.
El recorrido de este jueves, que partió de Laredo y concluyó en Los Corrales de Buelna, atrajo a un grupo considerable de manifestantes que se unieron a una campaña amplia de rechazo hacia la participación del equipo israelí, expresando su solidaridad hacia el pueblo palestino.
A medida que se acercaba el mediodía, los manifestantes se agruparon en la calle López Seña, cerca de una sucursal del BBVA, con banderas en mano y gritos que denunciaban lo que calificaron de "genocidio en Gaza". Este acto estuvo acompañado de consignas pidiendo la exclusión de Israel de la competición, exigencias dirigidas a la organización del evento y a la Unión Ciclista Internacional (UCI), quienes tienen la responsabilidad de salvaguardar la imagen del ciclismo.
Izquierda Unida, uno de los grupos convocantes de esta movilización, manifestó que se esperaban entre 200 y 300 participantes al inicio de la etapa. Este partido ha participado en la protesta como parte de su compromiso con la causa palestina, asegurando que su enfoque será siempre pacífico.
Sin embargo, el alcalde de Laredo, Miguel González (del Partido Popular), fue criticado por intentar vincular a IU con mensajes de WhatsApp que alentaban a acciones disruptivas, como saltar a la carretera o arrojar pintura, lo que los manifestantes negaron rotundamente.
Además, el grupo Interpueblos se sumó a la causa, organizándose en varios puntos a lo largo del recorrido, donde han llevado a cabo actividades pacíficas. Este colectivo ha acusado a la organización del evento de coartar su derecho a expresarse al cubrir las pintadas realizadas en la calzada con asfalto, un acto que consideran una falta de respeto y una manera de eludir las responsabilidades que tienen con el equipo israelí.
Los manifestantes sostienen que lo ocurrido en Bilbao, donde la carrera fue detenida, fue simplemente un acto de voz por parte de la multitud, sin ningún tipo de agresión hacia ciclistas o asistentes.
Por su parte, el delegado del Gobierno en Cantabria, Pedro Casares, comentó en una entrevista que las autoridades han establecido un robusto dispositivo de seguridad, con 178 guardias civiles y otros efectivos locales, para asegurar el desarrollo del evento. Según Casares, no se reportaron incidentes durante la salida en Laredo, donde las protestas se desarrollaron de manera pacífica, en lo que califica de reacción lógica ante la crítica situación en Gaza.
Casares también mencionó que aunque las concentraciones de protesta no fueron comunicadas oficialmente, la Guardia Civil se encuentra en los puntos clave para monitorear la situación y prevenir cualquier altercado. Manifestó su apoyo a las demandas de los manifestantes respecto al equipo israelí y llamó a la necesidad de un enfoque respetuoso hacia aquellos que ejercen su derecho a la protesta pacífica.
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