
La situación en el ámbito educativo de Cantabria se vuelve cada vez más tensa conforme el nuevo curso escolar comienza. Este lunes, alrededor de 8,000 ciudadanos se han echado a las calles de Santander en una manifestación que reclama una revisión salarial justa para los docentes de la región, quienes llevan meses de difíciles negociaciones con la Consejería de Educación sin obtener respuesta positiva.
Representantes de la Junta de Personal Docente han manifestado su frustración ante lo que consideran una falta de acción por parte del consejero de Educación, Sergio Silva, solicitando su dimisión. Este llamado se produce tras la implementación de una cláusula que vincula el aumento de salarios a la disponibilidad de fondos en el presupuesto, y que los educadores rechazan vehementemente.
“No vamos a ceder hasta que se elimine la cláusula que hemos apodado 'cláusula Silva'”, expresaron los sindicalistas, calificando la jornada de huelga como un gran éxito y enfatizando la importancia de que el consejero escuche el descontento generalizado de la población. La falta de un acuerdo ha llevado a que el debate sobre la dimisión de Silva se intensifique, con los sindicatos afirmando que la responsabilidad recae sobre él si no se logra una solución.
La manifestación comenzó en la sede de la Consejería y avanzó hacia Correos, donde los asistentes, armados con silbatos y pancartas, exigieron mejoras salariales. Los gritos de “Silva, escucha, docentes en lucha” resonaban mientras hacían eco de su indignación por lo que consideran un trato injusto en comparación con otros sectores que han logrado acuerdos más favorables.
Las demandas de los educadores no sólo se centran en la eliminación de la cláusula controvertida, sino que también refuerzan su postura de que la situación actual les convierte en “rehenes” de decisiones presupuestarias que no les afectan de la misma manera a otros colectivos laborales. “Tus presupuestos, nuestra miseria” y “somos docentes, no rehenes” fueron algunas de las consignas que levantaron durante la protesta.
La posibilidad de que la situación escale es real, ya que los docentes han planificado más movilizaciones que continuarán a lo largo de septiembre y octubre, incluidas concentraciones en varios municipios y jornadas de huelga en diferentes especialidades educativas. La presión sobre Silva y el Partido Popular sigue aumentando, ya que la comunidad educativa no está dispuesta a esperar más tiempo por respuestas adecuadas.
Entre los manifestantes se pudieron ver representantes de otros partidos políticos, como el PRC y el PSOE, quienes también han criticado la actitud del gobierno actual respecto a este conflicto. Algunos líderes políticos han instado a la Consejería a llegar a un acuerdo que beneficie a los educadores y evite que Cantabria siga siendo una excepción negativa en el panorama educativo nacional.
Los discursos de apoyo a los educadores subrayan la necesidad de un diálogo constructivo y una rápida resolución. Tanto el delegado del Gobierno como los representantes de la oposición manifestaron su preocupación por la imagen de Cantabria en el ámbito educativo, donde la solidaridad y el esfuerzo por la mejora de condiciones para los docentes deben ser la prioridad.
Por último, los sindicatos esperan que esta movilización y la presión colectiva no sólo sirvan para llamar la atención sobre las reivindicaciones educativas, sino que también sean un claro mensaje a la presidenta María José Sáenz de Buruaga para que tome medidas concretas y efectivas en el asunto. La paciencia de los docentes se está agotando, y es evidente que su lucha por justicia salarial tiene un carácter inminente e innegociable.
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