En un tenso Pleno celebrado en el Ayuntamiento de Torrelavega, el alcalde Javier López Estrada (PRC) tuvo un acalorado intercambio con el portavoz de Vox, Roberto García Corona. La discusión se inició cuando García Corona, con la intención de apoyar a la Policía Local, hizo una simbólica exhibición al colocar un casco de policía sobre su mesa mientras hablaba ante un público que portaba pancartas reivindicativas.

La intervención de García Corona estaba enfocada en la adhesión del Ayuntamiento a la Red de Destinos Turísticos Inteligentes, pero rápidamente tomó un giro hacia las actuales condiciones laborales de los agentes de la Policía Local. Al finalizar su mención, el alcalde interrumpió el discurso del edil para ceder la palabra a otro grupo, lo que provocó la airada respuesta de García Corona, quien argumentó que no había terminado su exposición.

A pesar de las quejas de García Corona por la retirada de su tiempo de intervención, el alcalde insistió en que su discurso se había desviado del orden del día. Esto llevó a un intercambio cada vez más chocante entre ambos, donde el alcalde se vio obligado a afirmar que una tercera advertencia podría resultar en el desalojo del concejal del Pleno.

"Puede opinar lo que quiera, pero debe ceñirse al tema en discusión y esperar su turno", enfatizó López Estrada, mientras subrayaba que no se podía usar el espacio público para exhibir símbolos ajenos al debate en curso. La tensión aumentó cuando el alcalde cuestionó a García Corona sobre la autorización del uso del casco, así como si los policias presentes habían obtenido permiso de sus superiores.

El portavoz del Partido Popular, Miguel Ángel Vargas, intervino para respaldar a García Corona, sugiriendo que la decisión del alcalde de retirar la palabra podía ser cuestionada por su falta de imparcialidad. Al tomar su turno, Vargas optó por no hablar como un gesto de apoyo a la democracia en el Ayuntamiento, subrayando la problemática del ejercicio del derecho a la palabra en el ámbito municipal.