En un evento celebrado en Santander, Miguel Garrido de la Cierva, vicepresidente primero de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y presidente de la CEIM, abogó por una reducción de impuestos a nivel nacional siguiendo el modelo exitoso de la Comunidad de Madrid. Garrido destacó que dicha disminución fiscal ha tenido un impacto significativo en la actividad económica de la región.
Durante su intervención, Garrido citó a Arthur B. Laffer, recordando que generar riqueza es una tarea ardua, mientras que destruirla puede ser un proceso mucho más sencillo. Esta reflexión lo llevó a argumentar que es esencial promover políticas fiscales que fomenten la creación de riqueza y empleo.
El evento fue organizado por la Asociación de Mujeres Empresarias de Cantabria (ADMEC), donde se discutieron aspectos relevantes sobre la competitividad empresarial en la actualidad. Garrido también se refirió a la mejora en las estadísticas de empleo y del absentismo laboral, así como a las dificultades que plantea la propuesta de reducir la jornada laboral.
El vicepresidente de la CEOE subrayó que la política de impuestos de la Comunidad de Madrid ha estimulado notablemente la actividad económica, señalando que existe evidencia empírica que respalda esta estrategia como un motor para incrementar el empleo y la riqueza, lo que a su vez beneficia a la ciudadanía.
A pesar de su reconocimiento de que los impuestos son necesarios para financiar el estado de bienestar y las infraestructuras, Garrido applaudió la política fiscal de Madrid y otras regiones como Andalucía por haber mejorado la recaudación y promover el bienestar social.
Garrido enfatizó que la verdadera fuerza detrás del bienestar de la sociedad proviene de la libertad de empresa y la propiedad privada. También abordó la creciente preocupación por el gasto público, que, a su juicio, ha alcanzado niveles insostenibles, a pesar de los altos niveles de recaudación en el país.
Criticó la eficiencia de las empresas públicas, como Correos y RTVE, que operan con déficits a pesar de contar con plantillas que se han incrementado sin justificar su necesidad. Además, mencionó la situación del Hospital de Alzira, que ha visto aumentar sus costos y tiempos de espera de manera alarmante.
Garrido presentó un conjunto de propuestas para revitalizar la economía española, abogando por un marco que apoye el crecimiento sostenible y la creación de empleo. Destacó la importancia de la libre economía, donde el rol de las administraciones sea el de facilitar, no obstaculizar.
Se pronunció a favor de un diálogo social efectivo y de una política de austeridad en el gasto público, además de proponer una colaboración más estrecha entre el sector público y privado. También hizo hincapié en la necesidad de luchar contra el fraude y favorecer un modelo económico basado en la innovación y la educación.
En su análisis del mercado laboral, Garrido consideró que los datos actuales están inflados y no reflejan la verdadera situación del desempleo, señalando que figuras como el contrato fijo discontinuo están distorsionando las estadísticas. Criticó la dificultad de comparar la realidad laboral actual con la de hace cinco años debido a esta situación.
La problemática del absentismo laboral, que afecta a 700.000 personas, fue otro de los puntos que abordó, junto con la circunstancia de los becarios que, aunque cotizan, no aportan una recaudación económicamente significativa debido a su alto nivel de bonificación.
Garrido comparó estas cuestiones con el fenómeno de la evasión fiscal, que en el pasado era visto con normalidad y hoy se percibe como algo vergonzoso. Lamentó que, a pesar de que el desempleo ha disminuido en un 20%, las prestaciones por desempleo han aumentado en un 10%, lo cual resulta contradictorio.
El directivo expresó que las restricciones a la contratación impiden una mayor dinamización del mercado laboral, y aseguró que es esencial crear un entorno donde la contratación sea vista como una oportunidad y no como un riesgo. Subrayó que la protección de los trabajadores debe ser compatible con la flexibilidad empresarial.
Sobre la alta carga de los costes laborales, Garrido subrayó que es la principal razón por la que los salarios en España se consideran bajos. Mencionó a la vicepresidenta Yolanda Díaz, a quien pidió flexibilidad para que las empresas puedan aumentar sus salarios sin temor a represalias. En este contexto, afirmó que mientras algunos argumentan que la economía española avanza, él opina que la única entidad que parece progresar de verdad es la Agencia Tributaria.
Celebró el fracaso de la reciente propuesta de reducción de jornada laboral a 37,5 horas semanales, advirtiendo que su imposición sin diálogo podría haber afectado gravemente la productividad empresarial. Al respecto de la productividad, señaló que muchas pequeñas empresas enfrentan serias dificultades que las grandes pueden sortear gracias a sus recursos.
Garrido concluyó que la clave para la supervivencia empresarial es el crecimiento, ya que las empresas deben evolucionar y adaptarse para mantenerse competitivas. Abogó por una profunda revisión de las normativas que regulan el sector empresarial, instando a una auditoría exhaustiva de las mismas.
El evento también contó con la participación de importantes figuras políticas y empresariales, entre las que se encontraban la alcaldesa de Santander, Gema Igual, y el director de ADMEC, quienes contribuyeron a enriquecer el debate sobre los retos y oportunidades que enfrenta el tejido empresarial en España.
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