El pasado 2 de diciembre, la Audiencia Provincial de Cantabria dictó sentencia en un caso que ha sacudido a la comunidad local, condenando a un hombre a un año de prisión por realizar tocamientos no consentidos a una mujer en su propia vivienda.

La vista, agendada para el lunes en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial, tuvo un giro inesperado cuando ambas partes llegaron a un acuerdo antes de que comenzara el juicio, lo que evitó una mayor prolongación del procedimiento judicial.

El condenado, que se declaró culpable de un delito de agresión sexual así como de otro leve por lesiones, no solo enfrenta una pena de prisión, sino que también se le impuso una multa de 305 euros. Además, se le ha prohibido acercarse a la víctima o comunicarse con ella durante los próximos cinco años. Este período también incluye una medida de libertad vigilada y la inhabilitación para desempeñar cualquier profesión que implique contacto con menores.

En un paso adicional hacia la reparación del daño ocasionado, el hombre deberá indemnizar a la mujer con 6.250 euros, cifra que busca compensar tanto las lesiones sufridas como el impacto moral que su conducta ha tenido en la víctima.

Los detalles del acuerdo reflejan un acto de agresión dirigido a vulnerar la integridad sexual de la mujer. Según el documento que se aceptó como parte de la sentencia, el hombre se lanzó sobre la mujer mientras ella estaba sentada en el sofá. Durante este ataque, le tocó las nalgas y la vagina por encima de la ropa, afirmando que deseaba tener relaciones sexuales con ella.

Frente a esta situación, la mujer se mostró firme en su negativa, instándole a que la dejara en paz. Aunque su intención era pasar la noche en esa vivienda, la situación se tornó violenta cuando, molesto por el rechazo de la mujer, el acusado tomó un cuchillo y realizó gestos amenazantes. En un episodio de violencia, llegó a morder a la mujer en el brazo y, en medio de la confrontación, terminó por autolesionarse.

El desarrollo de este caso ha puesto de manifiesto la necesidad de abordar la violencia sexual con rapidez y contundencia, subrayando la importancia de la protección de las víctimas en situaciones de agresión. La comunidad se mantiene atenta ante el seguimiento de este tipo de delitos, esperando que la justicia cumpla su papel de manera efectiva.