El 13 de enero en Santander, el Tribunal Supremo ha dado un paso firme en la defensa de la justicia al desestimar el recurso de casación presentado por un hombre que había sido condenado por intentar asesinar a su esposa y a su hija de 12 años mediante estrangulación en diciembre de 2021. La condena de 16 años por tentativa de asesinato y homicidio, además de un delito de violencia de género, ha sido ratificada de manera contundente.
En un auto emitido el 11 de diciembre, el Alto Tribunal reafirma la pena impuesta por la Audiencia Provincial de Cantabria a finales de 2023, la cual había sido previamente confirmada por la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) en febrero del pasado año. Con este fallo, el Supremo deja en claro que no hay lugar para el recurso de casación presentado por la defensa del condenado.
El condenado había argumentado múltiples infracciones legales, las cuales incluían la inclusión de la declaración de su esposa durante la fase de instrucción, la falta de garantía de su presunción de inocencia, la incorrecta imputación del delito de asesinato y un supuesta equivocación en la valoración de pruebas documentales. Sin embargo, el Tribunal Supremo ha desestimado todos estos argumentos.
El Tribunal en su resolución aborda la incorporación de la declaración de la víctima, afirmando que esta fue justificada puesto que la mujer no pudo declarar en el juicio debido a problemas de memoria provocados por la medicación que estaba tomando. “La víctima no abandonó su derecho a declarar, simplemente indicó que no recordaba lo sucedido”, señala el Tribunal, lo que valida la lectura de su declaración recogida durante la fase de instrucción.
En lo referente a la presunción de inocencia, la defensa del condenado se basa en declaraciones iniciales de los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en el suceso. Estos agentes testificaron que el acusado había hecho “manifestaciones espontáneas” tras su detención, en las que admitió haber intentado matar a su mujer y a su hija. El Supremo considera válidas estas declaraciones, indicando que son pruebas que pueden ser utilizadas incluso sin la asistencia legal adecuada en los primeros momentos de la intervención policial.
Sobre el cuestionamiento de la imputación por asesinato, que la defensa argumenta debería haberse considerado homicidio, el Tribunal señala que el recurso de casación acepta los hechos probados ya declarados. Así, la discusión sobre la naturaleza del delito queda claramente delimitada.
Los alegatos del condenado sobre errores en la valoración de las pruebas, donde también solicita considerar atenuantes, fueron igualmente desestimados. El Supremo recuerda que en un recurso de casación deben plantearse los motivos de manera separada, rechazando la validez de un recurso que mezcla razones y “submotivos” no permitidos.
En el proceso judicial celebrado en noviembre de 2023, el acusado, quien se negó a declarar, fue hallado culpable de intentar asesinar a su esposa por estrangulación y de intentar hacer lo mismo con su hija cuando esta intervino para proteger a su madre. Evitar estas acciones violentas fue clave para salvar la vida de ambas mujeres, quienes, de no haber intervenido, habrían sucumbido a la agresión.
Además de la condena principal, el hombre recibió también una pena de diez meses de prisión por violencia de género, debido a un episodio previo en el que asfixió a su mujer hasta causarle la pérdida de conocimiento. Las implicaciones de sus actos no solo se limitaron al tiempo de prisión, sino que se estableció una prohibición estricta de acercamiento y comunicación con su esposa e hija.
En cuanto a la determinación de la pena, el Tribunal consideró como atenuante el estado de alteración psíquica del agresor, dado su diagnóstico de trastorno de personalidad y un síndrome depresivo, factores que pueden haber afectado levemente su capacidad de comprensión y voluntad en dichos momentos. Sin embargo, la agravante de parentesco se mantuvo firme, dado el vínculo familiar con las víctimas.
Los detalles de la condena, según el relato de los hechos probados, describen un ataque brutal y sorpresivo en el hogar familiar, en el que el demandado se abalanzó sobre su esposa mientras esta se encontraba desprevenida. El desenlace rescata la valentía de su hija, quien entró en la escena del crimen para detener a su padre, y pone de manifiesto la urgencia de la intervención policial al darse cuenta de la gravedad de la situación en cuestión.
Finalmente, el accionar valiente de la víctima al intentar rescatar a su hija y el inminente llamado de la Guardia Civil al lugar subrayan la seriedad de estos delitos y la necesidad de proteger a las víctimas de la violencia de género. El hecho de que el acusado haya admitido públicamente sus intenciones de seguir agrediendo refuerza la gravedad con la que deben tomarse estos casos, y la necesidad de sentencias firmes que disuadan futuros actores de violencia.
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