Crónica Cantabria.

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La Cocina Económica brindó apoyo a más de 3.200 personas en 2024, incluyendo 572 niños.

La Cocina Económica brindó apoyo a más de 3.200 personas en 2024, incluyendo 572 niños.

La Cocina Económica de Santander, una entidad con más de un siglo de historial, ha revelado en su reciente memoria de actividades que en 2024 brindó apoyo a 3.205 personas a través de diferentes iniciativas sociales. De este total, 572 beneficiarios, equivalentes al 17,8%, eran menores de 18 años, lo que subraya la importancia de intervención en este segmento poblacional.

De los individuos atendidos directamente por la entidad, 1.160 fueron acogidos, de los cuales más de la mitad eran mujeres y el 80% provenían de otros países, destacando Perú, Colombia, Marruecos y Venezuela como sus principales lugares de origen.

En términos de edades, un 18% de quienes recibieron asistencia eran jóvenes menores de 29 años. Los responsables de la Cocina Económica enfatizan la necesidad de tomar acciones rápidas y efectivas para evitar que este grupo vea su situación socioeconómica agravada a largo plazo.

Asimismo, un 3% de los atendidos eran personas mayores de 70 años, lo que ha generado preocupación por la escasez de recursos adecuados para ayudarles. En un día promedio, la Cocina Económica puede atender a más de 240 personas en sus diversos programas de apoyo.

Los servicios tradicionales de la Cocina Económica, como el Programa de Reparto de Alimentos, distribuyeron productos por un valor de 365.698 euros en 2024. En su comedor, se ofrecieron 105.134 servicios de comidas, lo que representa un incremento del 6,9% respecto al año anterior, beneficiando a 549 personas.

En el ámbito de la higiene personal, que está asociado a su comedor social, se atendieron a 273 individuos, cifra que se mantuvo similar a la del pasado año. Las estadísticas de este servicio ofrecen una visión precisa sobre el aumento de personas en situación de calle en la ciudad, con un notable incremento del 20% en los servicios de ducha y lavandería comparado con el año anterior.

Desde la Cocina Económica, se ha señalado que la salud mental representa un reto significativo para quienes se encuentran en situaciones de exclusión. Por esta razón, se ofrece acompañamiento a aquellos que padecen enfermedades crónicas o adicciones, asegurando su apego a tratamientos médicos y sus asistencias a consultas.

Más allá de satisfacer necesidades básicas, la entidad busca involucrar a los beneficiarios en programas que fortalezcan su autonomía y autoeficacia, dirigiendo esfuerzos hacia la formación y capacitación profesional siempre que sea posible.

Además, en su Programa de Atención Diurna-Emaús, 188 personas participaron en iniciativas que fomentan tanto la autonomía como la integración social, proporcionando un entorno seguro para aquellos en situación de falta de vivienda.

El Programa de Formación Ocupacional e Integración añadió un valor significativo al atender a 111 participantes en talleres de capacitación en diversas áreas. Este programa no solo se centra en habilidades técnicas, sino también en aspectos fundamentales como la responsabilidad y el trabajo en equipo, mientras se refuerzan las competencias digitales y se ofrece orientación laboral.

En otra faceta, el Taller Adaptado ha integrado la herramienta 'NeuronUp', una aplicación digital destinada a diseñar intervenciones personalizadas que fomentan la estimulación cognitiva, lo que ha mejorado considerablemente la adhesión de los participantes al programa y sus destrezas digitales.

La Cocina Económica también gestiona 73 plazas de alojamiento en 21 pisos y un centro de acogida, destinado principalmente a 89 personas, donde la mayoría son mujeres inmigrantes de variadas nacionalidades. La entidad destaca que el acceso a una vivienda asequible es crucial para la inclusión social, lamentando que este derecho se ha visto relegado en favor del mercado inmobiliario.

Los representantes de la Cocina Económica han advertido sobre el desajuste existente entre los salarios y los elevados precios de alquiler, lo que dificulta aún más la vida de los grupos más vulnerables. La combinación del aumento en el costo de los alquileres y las exigencias para acceder a una vivienda ha convertido incluso el alquiler de una habitación en un lujo para muchos.

Durante 2024, la empresa de inserción Luimar Incluye, que comenzó su andadura en 2022, ofreció empleo a cinco personas en situación de vulnerabilidad, con un presupuesto de 2,2 millones de euros, de los cuales más de la mitad procede de fondos públicos, con el Gobierno de Cantabria como principal source de financiación.

La Cocina Económica reconoce la valiosa contribución de fundaciones, empresas y ciudadanos comprometidos, cuyo apoyo resulta esencial para el desarrollo de sus actividades. Asimismo, destaca el papel del voluntariado y de la comunidad de Hijas de la Caridad, quienes encarnan el verdadero espíritu de solidaridad y compromiso social.

“A lo largo de 116 años, hemos continuado nuestra labor en Santander, comprometidos con la atención a las personas más vulnerables y buscando mejorar la vida en nuestra comunidad”, concluyen desde la Cocina Económica.