En Santander, la Justicia se prepara para un juicio que promete ser polémico. La Fiscalía de Cantabria ha presentado un caso que incluye serias acusaciones contra un hombre que se enfrenta a una posible condena de siete años y nueve meses de prisión. Este individuo está acusado de abusar sexualmente de su expareja y de agredirla tras una discusión que surgió cuando ella le recriminó su comportamiento. El juicio comenzará el 10 de junio ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria.

El Tribunal Superior de Justicia de Cantabria ha confirmado que las audiencias iniciarán a las 10:00 horas, donde se abordarán los cargos de abuso sexual y maltrato. Según la Fiscalía, los incidentes se produjeron en el garaje de la vivienda del acusado, donde supuestamente convenció a la mujer para que se reunieran. Una vez allí, la mujer, bajo los efectos del alcohol y otras sustancias, perdió el conocimiento, momento que el acusado habría aprovechado para cometer el abuso.

Al despertar, la mujer se encontró en una situación comprometida y de inmediato expresó su indignación, provocando una acalorada discusión. En medio de este enfrentamiento, se alega que el hombre la sometió físicamente al agarrarla por el cuello y el cabello, llegando incluso a golpearla con un objeto, lo que le provocó lesiones como una contusión craneal y un hematoma en la pierna.

Para el Ministerio Público, estos hechos son indicativos de un delito de abuso sexual agravado por cuestiones de género, además de maltrato. En consecuencia, la Fiscalía no solo solicita una pena de prisión, sino también medidas adicionales que incluyen diez años de restricción de acercamiento y comunicación con la víctima, cinco años de libertad vigilada y dos años sin poder poseer armas.

La Fiscalía también busca que el acusado indemnice a la mujer con 10.000 euros como compensación por el daño moral causado. Sin embargo, la acusación particular, que representa a la denunciante, ha decidido ir más allá y ha elevado la solicitud de pena a diez años y siete meses, así como trece años de alejamiento e incomunicación con la víctima. La indemnización que solicitan asciende a 12.000 euros.

En el lado de la defensa, se sostiene que las relaciones sexuales fueron consensuadas y que durante la confrontación posterior, fue la mujer quien inició los ataques lanzándole objetos. El abogado del acusado solicita su absolución, argumentando que este solo actuó en defensa para contener los embates de ella. El veredicto de este caso se anticipa tenso y muy debatido, reflejando las complejidades del ámbito de la violencia de género.