La construcción de una planta de biogás en Hazas de Cesto ha enfrentado significativas transformaciones, lo que ha llevado a la promotora a elevar la inversión inicial de 12 millones de euros hasta alcanzar los 30 millones, mientras que la extensión del proyecto se ha reducido a la mitad.

En una reciente aprobación por parte del Gobierno de Cantabria, mediante la Dirección General de Medio Ambiente y Cambio Climático, se otorgó una Declaración de Impacto Ambiental (DIA) favorable para este emprendimiento, que ahora se centrará exclusivamente en el tratamiento de residuos ganaderos, es decir, purines y estiércol, garantizando la ausencia de emisiones atmosféricas.

A medida que el proyecto avanza en su tramitación, se espera que los próximos pasos incluyan la obtención de una autorización ambiental integrada, que se prevé para finales de octubre, así como la licencia de obra municipal necesaria para dar inicio a la construcción.

Roberto Media, el consejero de Medio Ambiente, confirmó en una reciente rueda de prensa que el proyecto ha suscitado un notable interés en la comunidad. Resaltó que los técnicos de la administración han trabajado de manera exhaustiva para revisar la documentación proporcionada por la empresa, resultando en la aprobación de la DIA favorable.

Media resaltó la autonomía de los técnicos, quienes, tras un análisis meticuloso, concluyeron que el nuevo planteamiento se ajusta a la normativa medioambiental vigente en Cantabria. Además, enfatizó que este proyecto, en su forma actual, es significativamente distinto al presentado durante la anterior legislatura, cuando gobernaban el PRC y el PSOE, que según él, estaba plagado de fallas.

Conscientes de la sensibilidad que ha generado el proyecto entre la ciudadanía, el actual Gobierno ha solicitado mejoras sustanciales a la promotora con el fin de asegurar que no haya ningún impacto negativo en el entorno local y garantizar la viabilidad de la instalación.

El nuevo diseño de la planta ocupará solo 20.300 metros cuadrados, la mitad de lo previamente estipulado. Además, se limitará a recibir únicamente residuos ganaderos, con un máximo de 150.000 toneladas, asegurando que estos sean almacenados en tanques cubiertos, a diferencia del enfoque anterior que contemplaba almacenamiento al aire libre.

Se ha garantizado que no habrá emisiones al aire, y todas las etapas del proceso operativo serán completamente cerradas, con tanques de almacenamiento que estarán cubiertos. En lo que respecta a la gestión de aguas y lixiviados, el proyecto actual contempla un sistema separativo que contendrá líquidos y permitirá su recirculación en el proceso.

Para abordar los olores generados, se aplicarán métodos biológicos altamente eficaces, utilizando una cantidad mínima de reactivos. Las balsas de almacenamiento que se contemplaban en el diseño inicial han sido eliminadas, y el digestato líquido se almacenará en un depósito cubierto de alta capacidad.

Por último, el proceso de producción de biogás estará altamente industrializado, incorporando tecnología moderna que promete reducir el consumo de energía térmica y eléctrica, así como de agua en un 50% y 20% respectivamente. Este proyecto, originado en la anterior legislatura y que fue reconocido como de interés social, ha sido objeto de importantes modificaciones desde su venta a Verdalia Bioenergy, quien ahora lidera la iniciativa y ha realizado ajustes significativos.

Recientemente, se abrió un periodo de información pública de 30 días donde se registraron más de 1.600 alegaciones que serán atendidas por los técnicos de la Dirección General de Medio Ambiente. Esto podría llevar a que la empresa realice modificaciones adicionales del proyecto en función de las observaciones recibidas.

Media enfatizó que el proceso es regulado y debe cumplirse, reiterando que las decisiones deben basarse en el consenso de los técnicos, quienes han validado que el proyecto cumple con las exigencias medioambientales actuales.